«Las buenas calificaciones de un alumno, no son tan importantes como descubrir su talento». Cada niño aprende de manera diferente, corresponde a los padres observar de que manera su niño aprende mejor y apoyar a este niño para que desarrolle su propia forma ganadora para el aprendizaje.
Muchos niños ingresan entusiasmados a la escuela, pero luego terminan odiando su propia escuela, ya que ahí solo reciben castigos o rigor, no dejándolos ser propiamente niños. Ahora bien, el padre o madre de familia juega un papel importante en el cambio de percepción (y cruda realidad) al asegurarse que el niño conserve el amor al aprendizaje que es natural y propio de cada ser, basado en la curiosidad.