Dice Richard Bach en su libro Juan Salvador Gaviota que, para volar tan rápido como el pensamiento tienes que dejar de pensarte a ti mismo como un ser limitado.
En el plano de la mente se inicia el proceso de vencer los límites que sentimos y creemos tener en otros niveles de nuestra vida y existencia.
En el plano mental es donde podemos sentirnos verdaderamente libres y saber que todo es posible. Nuestra mente puede penetrar en realidades no materiales. Es un gran poder el percibir el mundo invisible, el mundo metafísico.
En los experimentos de Neurociencia se demuestra que la zona del cerebro que se ilumina cuando una persona contempla a un ser querido, en otro instante, cuando hablamos de ella y la mente la recuerda se vuelve a iluminar.
Nuestra mente extiende sus límites guiada por la imaginación. También usamos este poder de nuestra mente para meditar, reflexionar, para extraer de nuestro mundo interno, experiencias, intuiciones.
Una pregunta que solemos hacernos es, ¿eso que soñé sucedió en realidad o yo lo he imaginado?
Y qué hay de cuando pensamos en una persona y de pronto ella nos llama… ¿es que viví algo parecido a la telepatía?
Si buscamos el conocimiento no solo de las cosas que son inherentes a la materia sino de las causas profundas que la mueven, como leí en un pensamiento del filósofo Jorge Ángel Livraga, ampliaremos nuestra mente y, profundizando nuestros límites de comprensión y nuestra forma de pensar, sentir y actuar se enriquecerá y será cada vez mas luminosa.
esta muy bueno