Los seres que se dejan dominar por la materia pierden su luz, su libertad y su belleza; mientras que aquéllos que logran despegarse de ella para dar la preponderancia a la actividad del espíritu se vuelven libres, luminosos y fuertes.
La verdadera fuerza viene del espíritu, y, como el espíritu está conectado con el centro, debemos, pues, buscar el espíritu y conectarnos con él para que pueda conducirnos hacia el centro, hacia la fuente, de donde recibiremos todos los elementos que necesitamos. Tú eres un ser maravilloso. Con afecto. Victor.