
Esta linda historia empieza en el colegio cuando cursaba mi último año de estudios (Colegio Salesianos), en dicha oportunidad tomaron el famoso test vocacional. Como todo joven inquieto y deseoso de saber que podría salirme en ese test, sabiendo que indudablemente no me saldría nada relacionado a los números, entre al salón decidido y deseoso de saber que me saldría.
Al finalizar dicho test y luego del tiempo correspondiente para dicha tabulación, llegó el momento de saber cual fue por fin el resultado de ese test. La respuesta fue: Sacerdote, Bombero o Servicio Social. La mofa no se hizo esperar entre mis amigos de promoción. Pues créeme que a mi también me daba vergüenza ir pregonando a viva voz dicho resultado.
Pues bien al llegar al casa, mi padre esperaba con ansias aquella «hojita» donde se deslumbraba un futuro prometedor para su hijo amado. Sentía miedo al mostrársela, ya que era un padre muy estricto (de carrera militar). Así que tome la «hojita» y se la di en sus manos, para luego irme a la cocina con la excusa de ir a tomar algo. Se sintió un silencio sepulcral, mientras conversaba con mi madre en la cocina.
Pasado unos momento escuché: Chino – así cariñosamente me llama hasta el día de hoy mi padre – ¿puedes venir un momento? El trayecto de la cocina a la sala fue el trayecto de mayor adrenalina que viví en aquella linda época. Al llegar tenia al frente una mirada de preocupación absoluta por parte de mi padre, el me dijo: Chino, me encuentro muy preocupado con lo que veo y a la vez muy contento: Serás Militar…exclamo a viva voz, por que lo otro son tonteras hijo mio.
Hoy pasado el tiempo y luego de haber pisado indudablemente la Escuela Militar de Chorrillos, veo con beneplácito que aquel famoso test vocacional no se equivocó en lo absoluto. Hoy mis queridos emprendedores me gano la vida ayudando a muchas personas a llegar a sus objetivos de vida, acompañándolos en dichos procesos de superación personal a través de mis sesiones de coaching y mis conferencias a nivel nacional e internacional de motivación y liderazgo. Si bien es cierto que no soy sacerdote o bombero, indudablemente que sí soy un gran comunicador social con alto espíritu de ayuda social.
Luego de dejar la Escuela Militar por no ser mi vocación plena, empezó el descubrimiento de mi verdadera vocación, pero esa es otra historia, cargada de esfuerzo y dedicación en la lucha por alcanzar un sueño, sueño que hoy veo realizado luego de muchos años de perseverancia, caídas y satisfacciones.
«Si en algún momento de tu vida, piensas que la vida es injusta contigo, déjame decirte que sólo esta esculpiendo en ti la historia de un gran éxito».
(Extracto de mi libro: Tu eres Maravilloso).