Viene a mi mente recuerdos maravillosos cuando mis hijos eran pequeños, ir a la playa los tres fue sencillamente memorable, disfrutar de sus sonrisas, miradas, y compartir con ellos como hermanos quedará por siempre en mi corazón.
Los hijos son una bendición de Dios, ellos no pidieron venir a este mundo, debemos ser muy responsables en la decisión de sus vidas. Tendrás la oportunidad de verlos crecer para luego desplegar sus alas y volar lejos, mas quedará en vuestros corazones la imagen de sus rostros y cuerpos cuando eran pequeños, por que para un padre o una madre ellos jamás crecerán en nuestras retinas.
Durante la niñez serás su super héroe o la mujer maravillosa, te tocará arrullarlos en tus brazos, cantarles canciones de cuna, darles su biberón, cambiar sus pañales, darles de comer y será divertido verlos como se ensucian toda la cara de tallarines, sacarlos de aprietos en su cuna o corralito, alzarlos cuando te piden brazos, escuchar por primera vez la palabra papá o mamá, levantarte muchas varias veces por la madrugada por que su llanto reclama tu calor y cercanía, ir de compras en su cochecito y estar atento a que no se despierte, ver sus primeros pasos así como también ver sus primeras caídas, desvelarte cuando tienen fiebre y lloran sin parar, será ese llanto que aflige tu corazón y tratas de desesperado de solucionar su dolor, iras raudamente al médico para ver que es lo que tiene, pasarás horas y horas cuidando de su ser, estarás en tu trabajo y sólo desearás llegar a volverlo a cargar y sentir ese olorcito que los caracteriza, tomará tu dedo muy fuerte como diciéndote no te vayas de mi lado, sabrás como preparar su biberón a la temperatura adecuada tirando unas gotas en tu mano para ver si no quema, te tiraras al piso a jugar con ellos siendo testigo de sus primeras travesuras, iras conociendo su temperamento que lo llevará por el resto de sus vidas, sentirás la alegría de verlos crecer en cada cumpleaños que festejes, cada abrazo nunca será olvidado, ver sus rostros de alegría y un abrazo luego de recibir algún regalito que les lleves, sentirás más que ellos el dolor de dejarlo por primera vez en su nido y colegio, créeme que te dolerá más a ti que a ellos. Y así la vida va pasando y tu vida en este planeta se va acortando, pero con la satisfacción de haberles dado calidad de tiempo y ser un verdadero padre o madre, quizás la economía no de para darles lujos pero te eso si te digo, que mientras ellos mencionen tu nombre cuando estén ya mayores solicitando tu presencia, sólo en ese momento sentirás la devolución de todo ese amor que les diste desde bebes, pues solo se necesita a quien se ama verdaderamente y comprenderás que nunca pero nunca dejaremos de ser padres o madres, a eso yo le llamo: Amor del bueno.
Un suspiro invade mi alma al recordar a mis «bebes» pues hoy al verlos ya grandes cierro mis ojos y vuelvo a sentir ese olorcito que emanaban de sus cabecitas al olerlos, siento sus frágiles manitos y pies, colmados de besos por doquier. El tiempo pasa y jamás regresa, cada día es un día menos al lado de ellos, así que da lo mejor de ti, recuerda que ellos son el reflejo de tus acciones y amor. Ahora ve por ellos y dales simplemente un beso, un abrazo y diles nuevamente: Te amo.
VICTOR ZEGARRA 