
Para comprender en qué se basa el apego ansioso, te pondré un sencillo ejemplo: Tienes una cena de trabajo con tus compañeros. Aún no has llegado al restaurante cuando, de pronto, empiezas a recibir mensajes de tu pareja. Es posible que le haya parecido bien esa salida, pero aún no ha pasado ni una hora cuando empiezas a percibir su nerviosismo. Se interesa por saber los nombres de los colegas con las que estás. Te pregunta si no le echas ya en falta, si no estarías mejor en casa que en esa reunión. Así, poco a poco, te va coaccionando con sus ansiedades y miedos. En definitiva, con su desconfianza. ¿Acaso este tipo de apego te resulte familiar? Si es así, trata de identificar las siguientes características en la conducta de estas personas:
Necesitan muestras de amor casi constantes. Es como si nos obligasen a tener que demostrar que seguimos queriéndoles.
En ocasiones, hasta interpretan el acto sexual como una manifestación de “propiedad” más que de verdadero cariño.
Están muy pendientes de nuestras reacciones. Se preocupan por detalles sin importancia, imaginando que algo malo ocurre en la relación y que vamos a dejarles.
Cambian muy fácilmente de humor. Hay ratos en que somos lo mejor de su vida, pero luego al instante muestran apatía y sospecha.
Usan la manipulación como su arma más sutil. Es la forma de hacer su voluntad mediante el chantaje, los ultimátums de todo o nada, o incluso, la victimización. Espero sea de gran ayuda. Con aprecio. Victor.