Si entendiéramos el coaching como un edificio, este se sustentaría sobre algunos pilares sólidos, que todo líder debería considerar fortalecer para mejorar su desempeño y el de su equipo:
►Unificar los objetivos de los empleados con los de la empresa: se trata de un punto muy importante en relación a la motivación, pero también uno muy complejo. Requiere dotes comunicativas y una visión general de la empresa, que le permita definir un programa de objetivos y gratificación variable.
►Visión holística: un buen líder debe saber los efectos de cada acto, al tiempo que tiene la obligación de transmitirlo y hacer que los trabajadores sean conscientes de su peso en la organización. Este hecho también mejora el sentimiento de pertenencia de los empleados.
►Inteligencia emocional: los directivos deben construir y gestionar la realidad emocional de los grupos y equipos de trabajo.
►Mejora continua: Los cambios no pueden entenderse como acontecimientos eventuales, sino como un proceso continuo. Por ello es importantísimo aprender a aprender, y enseñar a aprender a los que nos rodean.
►Responsabilidad: no solo debemos aprender a delegar tareas, sino también a ceder responsabilidades a quienes las asumen. Igualmente, tenemos que tomar consciencia de nuestra propia responsabilidad, que no debe ser delegada cuando corresponde a nuestros propios actos.
►Ver el potencial: cuando vemos a los miembros de un equipo, tenemos que ir más allá de la visión que nos transmiten nuestros ojos. Es importante saber valorar el potencial, para así impulsarles a lograr alcanzar lo máximo de ellos mismos.
►Comunicación: hablar, hacerlo correctamente y transmitiendo las ideas y valores más adecuados. Estamos ante un punto excepcionalmente complejo, pero necesario, ya que si no sabemos comunicar, puede que no podamos lograr el resto de puntos.
►Feed-forward y Feed-back: Es importante responder ante la realidad, así como adelantarnos a ella para mantener una perspectiva positiva, basada en la adaptación ante las posibles eventualidades. Debemos buscar el feed-back de nuestros actos y proporcionárselo a los de los demás, al tiempo que tratamos de adaptarnos y adelantarnos a los cambios de nuestro entorno, manteniendo el rumbo hacia el éxito.