El 55% de las mujeres son infieles, según encuesta realizada por Tendencias Digitales que realizó una encuesta por Internet a 13 mil hombres y mujeres, mayores de 18 años, provenientes de 11 países de América Latina en este año. Esta cantidad resulta alarmante si tomamos en cuenta que hace tan sólo unas décadas las mujeres infieles eran vituperadas y castigadas severamente, sanción que no se le aplicaba a los hombres. En su afán de tener los mismos derechos, ahora muchas mujeres quieren igualar al hombre hasta pecando. Por eso, como muchos hombres son infieles, ellas dicen, “Yo también voy a ser infiel”. ¡Mujer, valórate! Se imita lo bueno, no se copia lo que nos denigra. La igualdad jamás se debe perseguir en las debilidades ni en los defectos de carácter.
Cada día aumentan más los casos de infidelidad femenina. En las sesiones de coaching, la mayoría de las mujeres me confiesa que no saben cómo cayeron en este abismo. Ellas habían creído que jamás harían algo así. Explican que no se sentían valoradas por su esposo, que han llegado a sentirse como un mueble más en la casa, que entre su esposo y ellas solo existe una relación sexual, porque ellos no hablan. Sé muy bien lo que ellas quieren decirme: En su relación no hay conexión emocional.
¿Quiere que su esposa le sea fiel? Pues háblele, háblele, háblele”.El hombre infiel busca sexo, pero la mujer infiel busca comunicación significativa. Las mujeres necesitan primero la conexión emocional que les hace sentirse amadas y respetadas. Ellas anhelan caricias, besos, abrazos, detalles, hablar de sentimientos, en fin, ser escuchadas. Pero el hombre muchísimas veces no conoce la necesidad o no está dispuesto a esforzarse por aprender a hacerlo. Por esa razón, en la relación matrimonial un gran número de ellas viven en un desierto emocional, convirtiéndose así en un terreno fértil para la infidelidad cuando alguien se acerca y les dice engañosas palabras de elogio que ella nunca había oído.