Una vez, cierto sabio muy dado a celebrar su propia ciencia tuvo que cruzar en barca un largo y hermoso río. Mientras recorría con la mirada el agradable panorama a su alrededor, mantenía una amena charla con el alegre y simpático barquero que remaba al frente suyo con vigor y destreza. –Y dime, joven amigo,Sigue leyendo «El barquero y el sabio»