
El narcisismo es una conducta de lo más peligrosa pero muy sutil. De hecho, seguramente muchos hayamos pecado en cierto momento de comportamientos egoístas y con cierta tendencia narcisista. No hace falta caer en extremos. La mayoría de los trastornos de personalidad que se vuelven preocupantes tienen sus raíces a una edad temprana, pero eso no quiere decir que en ciertos momentos podamos portarnos mal con alguien basándonos en nuestro propio interés, a veces un poco neurótico y egocéntrico.
Lo peor es si estás al otro lado. Imagina que conoces a una persona y todo va bien, pero un día te sorprende con una actitud que te resulta extraña o, como mínimo, fuera de lugar. Si estos comportamientos se cronifican, lo mejor que puedes hacer es poner límites, ya que convivir con una persona narcisista como es lógico no te reportará nada bueno sino todo lo contrario.
Alguien que de verdad te quiere y se preocupa por ti no debería tener esta clase de comportamientos tan nocivos para las relaciones y las personas.
Solo piensa en sus propias necesidades
Todos manifestamos algún tipo de interés cuando nos acercamos a alguien, de lo contrario nunca se produciría el encuentro. Ahora bien, hay que distinguir lo que podría ser un interés evidente y relativo de un interés exacerbado en el que solo cuenta el beneficio de una persona frente a otra. Esto surge cuando alguien siempre pondera sus relaciones según lo que pueden extraer de ellas y no lo que pueden aportar.
Sus sentimientos son los únicos que importan
O lo que es lo mismo: actuar con cierto egocentrismo en tu vida diaria. «Cuando sus sentimientos se vuelven primordiales y reemplazan al resto de aspectos de una relación, podría ser una clara señal de advertencia a la que prestar atención». Y, por otro lado, el hecho de que no te reconozcan ningún sentimiento o que no aprecien tu sensibilidad en ciertos aspectos de tu vida, también se puede ver como un indicio de narcisismo.
Usan el «es que yo soy así»
Hay cosas que no puedes decir a la ligera a una persona, sobre todo si son íntimas o van dirigidas a hacer daño. Cuando alguien dice eso de «es que yo soy así» para justificar un mal comportamiento, este también puede ser una señal de una actitud narcisista. Debemos progresar como personas y corregir aquellos aspectos que no son buenos para nosotros ni para los demás, por ello no podemos regodearnos en nuestros fallos alegando que no podemos cambiar. «Una comunicación sana es vital para que una relación funcione», admite la psicóloga. «Si siente que sus pensamientos y opiniones se deben compartir, sea cuales sean, sin tener en cuenta el daño a terceras personas, esa relación está condenada al fracaso».
No les importa cómo se sentirán los demás
Los narcisistas carecen de empatía, un atributo vital a la hora de plantear una comunicación sana con alguien. Si presientes que alguien a quien quieres es incapaz de alegrarse de tus éxitos o apenarse de tus tristezas, lo más lógico y natural es que dejes de confiar en él. A no ser, evidentemente, que tengas una relación dependiente. En ese caso, lo mejor es que pidas ayuda a otras personas o te apoyes en tus amigos y familiares. Lo más importante, es tener más conciencia de la calidad de tus vínculos, para así saber qué relaciones mantener y cuáles dejar atrás porque no merecen la pena o están ya podridas. «Capta los patrones poco sanos de tus interacciones y toma las medidas necesarias para solucionarlos antes de convertirte en víctima de estas relaciones».
