
A veces vivimos experiencias dolorosas que nos cuesta superar y que pueden hacer que sintamos rencor. Este sentimiento es muy negativo y puede cobrarse la salud tanto física como mental de quien lo sufre. Si tú tampoco consigues pasar página y le guardas rencor a alguien por algo que ocurrió hace tiempo, te contaré cómo te puede afectar y qué debes hacer para dejar que la herida se cierre.
Características de una persona rencorosa
Se le dice a una persona que es rencorosa cuando guarda rencores con mucha facilidad, o por asuntos normalmente nimios, o que guarda rencores durante mucho tiempo. Este tipo de personas se caracterizan por lo siguiente:
- Les cuesta perdonar y olvidar, y a menudo reviven situaciones dolorosas como si hubiesen pasado hace poco.
- Dedican mucha energía psíquica y emocional a mantener vivo el pasado, y por lo tanto a preservar emociones dolorosas como la rabia, el dolor o la humillación. Es decir, suelen recordar las cosas malas con mayor facilidad que las buenas.
- No suelen dar su brazo a torcer y se toman a pecho las confrontaciones, por lo que suelen reaccionar de manera rabiosa ante situaciones que normalmente serían efímeras e insignificantes.
- Suelen ser orgullosas, hipercríticas, exigentes y poco tolerantes, a menudo porque sienten que el mundo les debe algo por sus experiencias pasadas.
Consejos para dejar atrás el rencor
En situaciones en las que el rencor adquiere tintes obsesivos, persecutorios o comienza a hacerle la vida miserable al rencoroso (por ejemplo, saboteándole nuevas relaciones), es posible que deban atenderse las razones que impulsan el rencor. Algunas indicaciones útiles en ese sentido pueden ser:
- Confrontar el pasado y dejarlo ir. Esto puede hacerse de manera personal, mística o a través de psicoterapia: la idea es dar con aquella herida que motivó la conducta rencorosa y sopesarla a la luz del presente, para darle oportunidad de sanar y ser olvidada.
- Ponerse en los zapatos del otro. A veces, la única manera de perdonar a quienes nos hicieron daño, es ponernos en sus zapatos, ya sea confrontándolos una vez pasado el tiempo, o a través de una comprensión más profunda de lo sucedido. Del modo que sea, la idea es reevaluar el incidente doloroso en su justa medida y pensarlo de maneras distintas.
- Positivizar el rencor. Muchas personas encuentran en el rencor un combustible importante para emprender cambios, ayudar a los demás o militar en una causa benéfica, dándole así un sentido creativo y movilizador al dolor, en lugar de estar reviviendo los dolores pasados.
- Comunicar el rencor. Hablar de lo sucedido, sobre todo si es con la persona por la cual se siente rencor, suele ser una de las principales rutas hacia la sanación y el olvido. Compartir las cargas, darle voz al dolor y luego seguir el camino es uno de los circuitos de sanación más antiguos que existe en las culturas del mundo.
